La prevalencia de las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS) y otros compuestos perfluorados (PFC) que perduran y se acumulan en el medio ambiente (así como en nuestros propios cuerpos) se está convirtiendo en una preocupación internacional cada vez mayor. Las PFAS son una clase de casi 10 000 compuestos diferentes más conocidos como "sustancias químicas perpetuas" debido a su estabilidad. Son un reto a la hora de monitorizarlas individualmente y cuantificarlas en concentraciones bajas. Para determinar una pequeña selección de PFAS individuales se requiere una instrumentación analítica costosa además de experiencia, y esos análisis pueden llevar mucho tiempo y ser difíciles de validar.
Se entiende que una gran parte de las sustancias organofluoradas sintéticas está cubierta por la suma de todo el flúor adsorbible en las aguas (AOF). La medición del AOF con cromatografía iónica de combustión (CIC) es más sencilla y rápida que los métodos de análisis selectivos, y también más sensible que la determinación del flúor total (TF) (que incluye todo el F orgánico e inorgánico). La medición del AOF en muestras de agua como paso inicial de detección ofrece una rápida visión conjunta de la cantidad real de compuestos orgánicos fluorados presentes. A continuación, se pueden realizar análisis selectivos de las distintas PFAS, si así lo indican unas concentraciones de AOF más elevadas.