Reemplazar los vehículos tradicionales que funcionan con combustible por opciones que funcionan con baterías es esencial para reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2).
La demanda de vehículos eléctricos (EV) alimentados por baterías continúa aumentando en armonía con los gobiernos (p. ej., la Unión Europea, Canadá) que prohíben el uso de motores de combustión en el futuro.
Al mismo tiempo, las fuentes de energía renovables como la eólica y la solar requieren capacidades de almacenamiento de electricidad. Las baterías son actualmente los materiales más escalables para almacenar el exceso de electricidad, y el mercado ha crecido con fuerza a medida que los países comienzan a invertir en soluciones de almacenamiento de energía.