La pintura es una forma de pigmento líquido que se utiliza para decorar o proteger superficies. Es difícil determinar cuándo se hicieron las primeras pinturas, ya que son anteriores a la historia escrita. Los registros más antiguos del uso de pintura son pinturas rupestres, como las encontradas en Francia, España, y Sudáfrica. Estas pinturas primitivas se elaboraban moliendo sustancias pigmentadas (p. ej., ocre) y mezclándolas con un aglutinante líquido simple (p. ej., huevos) para ayudarlas a adherirse a superficies como la piedra.
Las pinturas a base de agua se han utilizado a lo largo de la historia para crear obras de arte atemporales. Por ejemplo, los antiguos egipcios utilizaban tonos atrevidos y vibrantes para adornar sus cámaras funerarias. Miguel Ángel pintó el famoso techo de la Capilla Sixtina siglos después con un simple pigmento en polvo mezclado con agua (fresco).
Las pinturas a base de aceite se desarrollaron ya en el año 600 d.C., como se ve en las pinturas rupestres encontradas en Afganistán. Estas pinturas sustituyen el agua por un aceite secante y también pueden contener otros modificadores. Las pinturas al óleo también se han utilizado con fines artísticos (por ejemplo, la Mona Lisa de Leonardo da Vinci, la Noche estrellada de Vincent van Gogh), pero también son populares por motivos de protección, como por ejemplo para impermeabilizar la madera.
Los pigmentos naturales generalmente provienen de fuentes vegetales, minerales o arcillosas. Los pigmentos sintéticos, que se elaboran mediante técnicas de procesamiento químicas, térmicas u otras, ofrecen una variedad mucho más amplia de colores. Tanto los pigmentos naturales como los sintéticos se pueden clasificar como orgánicos o inorgánicos.
También se encuentran disponibles soportes/aglutinantes naturales y sintéticos. En el pasado, las pinturas a base de aceite utilizaban frecuentemente aceite de linaza como soporte. A principios del siglo XX, se inventaron y utilizaron los alquídicos artificiales para este propósito. Los alquídicos eran baratos y fáciles de fabricar, mantenían bien el color y eran duraderos. Más tarde, se desarrollaron pinturas a base de polímeros, como las acrílicas y las de látex, que siguen siendo populares hoy en día.
El uso de aglutinantes sintéticos dio lugar a pinturas de secado rápido, con menor tendencia a amarillear y con una amplia gama de apariencias y propiedades de manipulación. Para las formulaciones en emulsión, los aglutinantes sintéticos han eliminado el uso de disolventes orgánicos como diluyentes y diluyentes.